martes, 19 de marzo de 2013

Song For Zula


Some say love is a burning thing, that it makes a fiery ring
Oh but I know love as fading being
Just as fickle as a feather in a string
See, honey, I saw love, you see it came to me
It put its face up to my face so I could see
Yeah, then I saw love disfigure me
Into something I am not recognizing

You see the cage it called; I said ‘come on in’ 
I will not open myself up this way again
I lay my face to the soil, and all my teeth to the sand
I will not lay like this for days now upon end
You will not see me fall, or see me struggle to stand
To be acknowledged by some touch from his gnarled hand
You see the cage it called; I said ‘come on in’
I will not open myself up this way again

You see the moon is bright in that treetop night
I see the shadows that we cast in the cold clean light
Now my feet are gold, and my heart is white
And we race out on the desert plains all night
See honey, I am not some broken thing
I do not lay here in the dark waiting for thee
No my heart is gold and my feet are light
And I am racing out on the desert plains all night

Some say love is a burning thing, that it makes a fiery ring
Oh but I know love as a caging being
Just a killer, come to call from some awful dream
Ah and all you folks, you come to see
You just stand there in the glass looking at me
But my heart is wild and my bones are steel
And I could kill you with my bear hands if I was free

jueves, 7 de febrero de 2013

Hace un año el destino te propuso emprender un viaje. Te convirtió en niño, te dio un bastón y te enfundó unas botas. Después de tres días de camino comprendiste que ese era tu cielo y que allí te ibas a quedar. Para ser feliz. Eternamente.

martes, 11 de diciembre de 2012

Voy a inventar una nave

La luz tiene velocidad finita. Viaja por el entramado del espacio y el tiempo. Existe una franja del universo en la que se te ve a lo lejos. Voy a inventar una nave. Que viaja más rápido que la luz. Más allá de diez meses luz. Voy a mirar por un telescopio. Para verte.

Existen infinitos universos. En uno de ellos casi todo es igual que en este. Pero la Tierra está un poco más cerca del Sol. El año tiene 364 días. Febrero tiene 27. Y no existe el 11. Voy a inventar una nave. Que viaja entre universos. Hasta encontrarlo. Para verte.

Voy a cerrar los ojos. Mientras invento la nave. Para verte.


sábado, 17 de noviembre de 2012

¿Sabes lo que me gustaría ser?

-¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si tuviera la puñetera oportunidad de elegir?
-¿Qué? Y deja de decir palabrotas.
-¿Te acuerdas de esa canción que dice, "Si un cuerpo agarra a otro cuerpo, cuando viene entre el centeno..."? Me gustaría...
-Es "Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando viene entre el centeno" -dijo Phoebe-. Es un poema. Un poema de Robert Burns.
-Ya sé que es un poema de Rober Burns. 
Tenía razón. Es "Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando viene entre el centeno". Pero entonces no lo sabía.
-Creí que era "Si un cuerpo agarra a otro cuerpo" -dije-. Bueno, pues muchas veces me imagino que hay un montón de críos jugando a algo en un campo de centeno y todo eso. Son miles de críos y no hay nadie cerca, quiero decir que no hay nadie mayor, sólo yo. Estoy de pie, al borde de un precipicio de locos. Y lo que tengo que hacer es agarrar a todo el que se acerque al precipicio, quiero decir que si van corriendo sin mirar adónde van, yo tengo que salir de donde esté y agarrarlos. Eso es lo que haría todo el tiempo. Sería el guardián entre el centeno y todo eso. Sé que es una locura, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura. 

Holden y Phoebe Caulfield , El guardián entre el centeno.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Jugando a Fibonacci

Los conejos no pierden el tiempo...
"Cierto hombre tenía una pareja de conejos juntos en un lugar cerrado y uno desea saber cuántos son creados a partir de este par en un año cuando es su naturaleza parir otro par en un simple mes, y en el segundo mes los nacidos parir también"

Leonardo de Pisa (Fibonacci)

La solución al problema planteado es la sucesión 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, ..., donde cada elemento de la sucesión representa el número de parejas de conejos y cada posición de la sucesión los meses. La famosa y omnipresente Sucesión de Fibonacci, cuya definición recursiva es

-->  f0 = 0             para n = 0,
-->  f1 = 1             para n = 1,
-->  fn = fn-1 + fn-2   para n = 2, 3, 4,..., n.

Este año me he propuesto aprender a programar. Ando metido en cursos de MATLAB y Python en los que espero aprender ciertas nociones básicas para que un día haga 'click' en mí un modo de pensamiento computacional. Buscando este 'click' me he puesto a jugar a Fibonacci picando código para hacer un sencillo programita que calcule elementos de la sucesión a partir de esta definición recursiva, tan elegante. La idea es sencilla: al ejecutarse le dices cuántos elementos de la sucesión quieres calcular y él los calcula y los imprime en pantalla.




  


Et voilà. La sucesión para 25 y 40 elementos. Le he añadido al programa unas líneas para que imprima el tiempo de cálculo. Parece sorprendente que para calcular 25 elementos tarde 0,4 segundos y para calcular 40 se dispare hasta los 255 segundos (4 minutos y 15 segundos). ¿Algo falla?. Pues no. Es lo que hay. Con esta definición el número de operaciones que tiene que realizar el ordenador crece exponencialmente, y exponencialmente es 'a toda hostia': si quisiera calcular la sucesión de 100 elementos y se comenzara a ejecutar el programa en el Big Bang todavía estaría esperando sentado delante de la pantalla unos 13700 millones de años más viejo (y eso que el ordenador hace del orden de millones de operaciones por segundo). Esto hay que optimizarlo, no puedo esperar tanto, que tengo dentista la semana que viene.

El Tenor me habló de la memoization. Se trata de una técnica de optimización para acelerar la ejecución con llamadas a la función que evitan el cálculo de resultados para entradas procesadas con anterioridad. Una función memoizada 'recuerda' los resultados de una serie de entradas específicas. Haber A ver si así me ahorro algo de tiempo.





 


Del orden de los miles de millones de años al orden de los segundos. No está mal. No está nada mal. Por cierto, para terminar. ¿Qué pasa si divido un número de la sucesión por el anterior? (para n tendiendo a infinito, pero para un n grande ya me vale)

  

¿Te suena ese número?
¡Exacto!

PD: Tenore, si he escrito alguna aberración en estas líneas ruego que me pegues una colleja.

viernes, 6 de julio de 2012

Puesto de lectura

La primera conversación telefónica, la que hizo Pelletier, empezó de manera difícil, aunque Espinoza esperaba esa llamada, como si a ambos les costara decirse lo que tarde o temprano iban a tener que decirse. Los veinte minutos iniciales tuvieron un tono trágico en donde la palabra destino se empleó diez veces y la palabra amistad veinticuatro. El nombre de Liz Norton se pronunció cincuenta veces, nueve de ellas en vano. La palabra París se dijo en siete ocasiones. Madrid, en ocho. La palabra amor se pronunció dos veces, una cada uno. La palabra horror se pronunció en seis ocasiones y la palabra felicidad en una (la empleó Espinoza). La palabra resolución se dijo en doce ocasiones. La palabra solipsismo en siete. La palabra eufemismo en diez. La palabra categoría, en singular y en plural, en nueve. La palabra estructuralismo en una (Pelletier). El término literatura norteamericana en tres. Las palabras cena y cenamos y desayuno y sándwich en diecinueve. La palabra ojos y manos y cabellera en catorce. Después la conversación se hizo más fluida. Pelletier le contó un chiste en alemán a Espinoza y éste se rió. Espinoza le contó un chiste en alemán a Pelletier y éste también se rió. De hecho, ambos se reían envueltos en las ondas o lo que fuera que unía sus voces y sus oídos a través de los campos oscuros y del viento y de las nieves pirenaicas y ríos y carreteras solitarias y los respectivos e interminables suburbios que rodeaban París y Madrid.

Roberto Bolaño, 2666

Sentado en una roca del río Garona a su paso por Betrén